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Què és Castellets? / ¿Qué es Castellets?

  • Coses del Poble
  • 28 feb 2017
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 2 nov 2020


Per tal que sapigueu què és Castellets, res millor que compartir amb tots vosaltres part de l'informe tècnic que hem elaborat per demanar l'actuació de restauració de la torre ibera del jaciment, així com per demanar, si s'escau, la declaració de Bé d'Interès Cultural d'Aragó.

Para saber qué es Castellets, nada mejor que compartir con todos vosotros parte del informe técnico que hemos elaborado para pedir la actuación de restauración de la torre ibera del yacimiento, así como para solicitar, si procede, la declaración de Bien de Interés Cultural de Aragón.

Datos Históricos

El conjunto arqueológico está formado por un núcleo protourbano fortificado con sus correspondientes necrópolis, que se ha datado entre el Bronce Final II y el Pre-Ibero (1100 - 500 a.C.).

El poblado está asentado en un espolón sobre el río Ebro, en lugar altamente estratégico, y presenta un sistema defensivo basado en un foso y muralla ciclópea del Bronce Final II - edad de Hierro levantada en la zona más estrecha del espolón y que cierra totalmente al mismo en toda su anchura, quedando restos de lienzos en la ladera oeste del espolón, mientras que la ladera este carece al ser muy abrupta y de imposible accesibilidad. Dicha muralla, con una altura conservada superior a los dos metros, está construida con grandes bloques de piedra caliza colocados en seco. El sistema defensivo se completa con dos torreones adosados a los extremos de la muralla ciclópea Norte, que son claramente posteriores, de época ibérica, de planta rectangular, conservando uno de ellos una altura aproximada de 3 metros, siendo construidos con piedras angulosas de tamaño regular trabadas con barro y ripios en los intersticios.

El núcleo protourbano prácticamente no ha recibido intervenciones arqueológicas. Se extiende por la parte elevada del espolón así como por su vertiente oeste, de forma escalonada, presentando restos de diferentes viviendas rectangulares, algunas de las cuales conservan muros de hasta 50 centímetros de altura.

Tan o más importante que el núcleo de poblamiento son las diferentes necrópolis que se han conservado. La primera de ellas se sitúa inmediatamente al norte del poblado fortificado, más allá del foso, y allende de dos piedras de tamaño regular clavadas verticalmente en tierra que parecen corresponder a estelas de señalización. La necrópolis presenta una extensión superior a los 200 metros de longitud que no ha llegado a ser intervenida arqueológicamente en su totalidad, y en ella se localizan más de 50 enterramientos tumulares, circulares. La segunda necrópolis se encuentra en el espolón situado al oeste del presente, paralelo al mismo. Restos de una tercera necrópolis, muy deteriorada, se localizan en la base del espolón de sierra situado inmediatamente al este del poblado. Las características de las necrópolis las sitúan en el Grupo funerario de Campos de Urnas de los ríos Alcanadre, Cinca y Segre, y el modelo protourbano parece formar parte del Grupo Segre Cinca. Pero lo más importante es que en las mismas necrópolis coexisten los diferentes modelos funerarios y su proceso de transición, conservándose sepulturas de inhumación bajo túmulo, sepulcros de inhumación en fosa, sepulcros de inhumación bajo túmulo y fosa, sepulcros de inhumación colectiva en cámara de tradición megalítica, sepulcros de incineración bajo túmulo y sepulcros de incineración con cista y anillo.

Se trata, por lo tanto, de un poblado que pervive desde el Bronce Final II, con una fuerte tradición anterior, hasta la Plena Edad del Hierro, lo que hace pensar en la continuidad de una población autóctona del Bronce local que recibe las influencias culturales de los Campos de Urnas, sin producirse una sustitución demográfica.

Los torreones rectangulares ibéricos, posteriores, entroncan con la potencial identificación de la Zona Arqueológica de Castellets con el oppidum de Otogesa u Octogesa mencionado por Julio César en su obra Bellum ciuile. Lugar donde los hombres de Pompeyo levantaron un puente de barcas sobre el Ebro para recibir ayuda de la Celtiberia.

Descripción general del Conjunto

El conjunto arqueológico está situado en la margen izquierda del río Ebro, ocupando dos espolones alargados y estrechos delimitados por profundos barrancos situados a sus laterales. Los ejes de los espolones siguen dirección NE-SO. En el extremo SO se sitúan los acantilados sobre el Ebro, inaccesibles, coincidiendo también con la zona más estrecha de dichos espolones, cuyas superficies están escalonadas hacia el NE. Diferentes restos se pueden encontrar en la base de un tercer espolón, curvo, al este de los anteriores. En el espolón central se encuentra el poblado fortificado, y sobre él, en la parte más abierta hacia la montaña, la primera necrópolis, mientras que en el espolón del oeste se encuentra la segunda necrópolis, ambas en paralelas terrazas fluviales situadas a media altura entre el Ebro y la cumbre de la sierra de Campells.

El poblado y las necrópolis están situados estratégicamente al disponer de una excelente visibilidad del curso del Ebro, dominándolo en ambos sentidos, aunque siendo muy limitada al sur y al norte debido a las sierras circundantes, de mayor altura. Su posición domina visualmente los pasos o acceso más fácil de la vega del río Ebro en su margen derecha hacia el alto de Porchina (la Valldurrera), al tiempo que el poblado fortificado se eleva sobre el acceso natural de la vega del margen izquierdo con los llanos de Seròs, en lo que será el camino real de Zaragoza a Tarragona por Mequinenza y Ulldemolins (en época moderna) y actualmente el "Camí de Cova Plana". Su posición estratégica, y posiblemente fronteriza en época ibérica, se completa con su cercanía a la confluencia de los ríos Cinca y Segre con el Ebro, excelentes pasos naturales en la antigüedad.

La práctica totalidad de los yacimientos que forman el conjunto se encuentran ubicados en una única parcela de monte bajo de matorral y herbáceos, y la cruza una línea eléctrica. Los barrancos situados a los extremos Este y Oeste se han visto fuertemente afectados por explotaciones mineras y canteras, hoy en día clausuradas, que provocaron un importante impacto paisajístico por el movimiento de tierras.

Se desconocen las características del entramado urbano del poblado al no haberse procedido a una excavación arqueológica.

Identificación de aquellos elementos relevantes

Los principales elementos que singularizan el conjunto arqueológico, según el estado actual de las intervenciones arqueológicas, son los siguientes:

  • Torreón Noroeste. De planta rectangular, conserva una altura aproximada de 3 metros, construido con piedras angulosas de tamaño regular trabajadas con barro y ripios en los intersticios. De época íbera, es uno de los tres torreones conservados en Aragón.

  • Muralla ciclópea. De grandes lascas de piedra caliza, se observa con una altura superior a los dos metros en su lienzo norte, datada del Bronce Final II - Hierro.

  • Núcleo protourbano intramuros. Se desconocen sus características al no haberse procedido a una actuación arqueológica. Tan sólo se han realizado catas en una vivienda cuadrangular y una porción de vivienda que muestra muros de hasta 50 cm.

  • Cipo funerario antropomorfo. Bien mueble que se expone actualmente en el Museo de Zaragoza. Se trata de un cipo funerario antropomorfo localizado fuera de contexto (fuera del túmulo) tallado en arenisca el contorno de la cabeza y de la cara sin detallar rasgos. Con una función ritual y social, tiene unas dimensiones máximas de 23 cm. de altura, 31 cm de anchura y 12 cm de grosor.

  • Túmulo 14. Según J.I. Royo (1992) es quizá el más importante tanto por su tipología como por el ritual funerario y su rico ajuar. Se trata de una sepultura de inhumación compuesta por un encachado de casi un metro de altura, sensiblemente circular, con 5 metros de diámetro y estela funeraria de losa alargada. En el centro aparece la cámara o cista sepulcral de planta rectangular (1,60 x 1,20 m.) y un pequeño reentrante que corresponde a la cabecera, situado en el lado Oeste de la cámara. En el interior se documentan restos de una posible inhumación simple con un ajuar de los más interesantes encontrados en túmulos de los Campos de Urnas del Bronce Final en el Valle del Ebro; formado por grupos de brazaletes de bronce y cuatro anillos, y a los pies del difunto restos de urnas. Está fechada por C-14 en el 1090 a.C., lo que permite plantear el inicio de los Campos de Urnas Antiguos en el 1100 a.C.

  • Túmulo 3 de inhumación doble como enterramiento primario y secundario, datado por C-14 en el 830 a.C.

  • Túmulo 2 de inhumación colectiva formada por una gran estructura funeraria que albergaba un enterramiento secundario en forma de osario con más de treinta individuos, y que contiene dos fases de deposiciones con fechas por C-14 del 870 y el 805 a.C.

  • Ustrinum de cremación de gran tamaño en Castellets II reutilizando el túmulo 30. Ocupa toda la antigua cámara funeraria de 2,20 metros de diámetro, siendo sellado por un enlosado de grandes lajas calizas.

  • 50 túmulos de incineración con diversas variantes, que según J.I. Royo (1991) corresponderían sólo a un 10% de las estructuras funerarias existentes en este conjunto arqueológico.

Estado de conservación / Intervenciones

Descubierto en 1976 por un grupo amateur denominado Grupo Arqueológico de Mequinenza, que realizó excavaciones no autorizadas en dos casas del poblado y en once enterramientos tumulares, el yacimiento fue dado a conocer por el director del Museo Provincial de Zaragoza, D. Miguel Beltrán Llorís. Las excavaciones programadas y sistemáticas de las necrópolis se realizaron a partir de 1983 en siete campañas (1983-1990) bajo la dirección de J. I. Royo. Desde esa fecha no se ha realizado ninguna actuación en el conjunto de yacimientos. En la actualidad, la Asociación Grupo de Investigación Coses del Poble ha solicitado a las autoridades competentes una actuación de consolidación del torreón ibero del N.O. de la muralla para evitar su caída.

Razones justificantes por las que consideramos puede ser incluido en el Censo de BIC

  • Se trata de un yacimiento clave para el conocimiento del paso de los pueblos indígenas del Bronce Final a la cultura de los Campos de Urnas al ser el único yacimiento (hasta el momento) de Aragón y del conjunto del Valle del Ebro que contiene en una misma necrópolis ritos funerarios de inhumación e incineración, con las variantes rituales de transición.

  • En un yacimiento de estas características, el potencial de investigación para la comprensión de los procesos de aculturación en la antigüedad es extraordinariamente alto. En el futuro, el estudio de núcleo protourbano fortificado puede proporcionarnos información sobre aspectos sociales, económicos y quizá políticos del proceso de transición entre el Bronce Final II y la edad de Hierro; así como del papel del río Ebro en la transmisión de las culturas materiales hacia el interior peninsular.

  • El yacimiento cuenta con dos torreones ibéricos, uno de los cuales en muy buen estado de conservación (dado el abandono experimentado) que se sitúa como uno de los tres principales de Aragón.

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